Cosmeticorexia, la tendencia al exceso cosmético desde la juventud

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Cómo impacta la cosmeticorexia

La cosmeticorexia es un fenómeno en crecimiento que comienza a generar preocupación entre especialistas en salud y educación. Se trata de una obsesión por la apariencia y el uso excesivo de productos cosméticos, especialmente entre niñas y adolescentes, muchas veces influenciadas por lo que ven en redes sociales.

En plataformas digitales, es cada vez más común encontrar contenido de menores mostrando rutinas de cuidado facial con productos como serums, antiarrugas y cosméticos pensados para adultos, no adecuados para su edad.

Efectos nocivos de la cosmeticorexia

Según Ximena Díaz Alarcón, CEO y cofundadora de Youniversal, consultora especializada en investigación y tendencias: “El crecimiento del mercado del cuidado personal responde a un deseo de preservar la apariencia y alcanzar estándares estéticos exigentes, una tendencia impulsada principalmente por personas de entre 20 y 35 años, quienes exhiben mayor preocupación por su imagen”.

Estudios recientes advierten que la exposición constante a estándares estéticos irreales en redes puede generar ansiedad, baja autoestima y preocupación excesiva por el aspecto físico. La presión por cumplir con estos ideales desde edades tempranas compromete el desarrollo de una imagen corporal saludable.

“El 35% de las niñas entre 9 y 12 años ya usa productos cosméticos, y el 19% manifiesta incomodidad con su imagen o desearía modificar algún rasgo de su apariencia”, señala Díaz Alarcón.

El crecimiento del mercado de cosmética también responde al impacto de la digitalización y al papel de los influencers, que promueven rutinas de belleza complejas y sofisticadas, muchas veces imitadas por menores. Esto refuerza la idea de que la apariencia debe ser constantemente corregida o mejorada.

En paralelo, se incrementa el uso de filtros en redes sociales que alteran la imagen personal, generando una versión idealizada y muchas veces inalcanzable. “Este fenómeno resulta especialmente nocivo y genera una presión desmedida, sobre todo entre adolescentes, particularmente en mujeres”, señala la especialista, y menciona que existen numerosas investigaciones tanto a nivel regional como global que lo respaldan.

Frente a este escenario, el auge de la inteligencia artificial y la creación de imágenes completamente indistinguibles de la realidad, plantea nuevos desafíos. “Será clave avanzar en regulaciones y fomentar la autorregulación de marcas y plataformas. Es fundamental que el público pueda identificar cuándo una imagen fue modificada digitalmente”, subrayó la especialista.

La autenticidad en foco

En contraposición a esta tendencia, también se observa un creciente interés por la autenticidad, tanto en figuras públicas como en los contenidos que circulan en redes.

“Por un lado, es urgente que se explicite el uso de filtros para que el consumidor lo comprenda. Por otro, paradójicamente, las nuevas generaciones valoran con fuerza lo genuino. En un mundo donde todo puede ser fake, lo real cobra un valor doble”, destaca Díaz Alarcón.

Además, se evidencia una transformación en el público objetivo: si antes los cosméticos estaban principalmente dirigidos a adultos, hoy muchas marcas desarrollan líneas específicas para adolescentes, lo que fomenta un consumo precoz de productos originalmente pensados para pieles más maduras.

Para concluir, Díaz Alarcón remarca la importancia de acompañar a los jóvenes con una mirada crítica y formativa: “Es fundamental que familias y escuelas promuevan una relación saludable con la belleza y el autocuidado, enseñando a interpretar de forma consciente la publicidad y las estrategias de las marcas”.

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