Uno de los últimos hijos pródigos de la moda, Olivier Rousteing, cumplió 10 años al frente de Balmain, y la fiesta de aniversario fue el miércoles frente al río Sena.
Rousteing hizo una retrospectiva de sí mismo, con reversiones de algunas de las prendas más icónicas en esta década de director creativo.
Las cadenas plásticas exageradas al extremo, los recortes en hombros y cinturas, y prendas que apenas cubrían la zona de la ropa interior, que también se vio exagerada como parte de la vestimenta principal.
Casi todo en blanco, negro y acentos en rojo, hasta la llegada del nude y el rosa, que serán junto con el amarillo los colores de la temporada. Las arrugas, pliegues y dobladillos maximizados para crear efectos fueron un recurso reiterado, junto con los detallados bordados en los vestidos de noche.
Y Balmain se dio también algunos gustos durante este show al que asistieron unas 3.000 personas. Por caso, lo más comentado fue el regreso de la ex Primera Dama de Francia, Carla Bruni, a las pasarelas. Fueron de la partida también Naomi Campbell y Milla Jovovich.
“Anoche celebró una década en Balmain. Celebrando no solo mi ropa sino celebrando todas las luchas que tuve que atravesar para cambiar la industria. Así que quiero agradecer a todas las modelos que fueron parte de este inolvidable momento que muestran su apoyo no solo a Balmain sino a los cambios por los que la industria de la moda necesita luchar”, expresó tras el show el director creativo en su cuenta de Instagram. “Gracias a ese lado de la moda que no me excluyó”, afirmó el diseñador.
Tras el show, hubo un recital donde actuaron Franz Ferdinand, Doja Cat y Jesse Jo Stark. Luego, como ya había ocurrido con dos íconos de los ’90 –Claudia Schiffer y Cindy Crawford- llegaría un mensaje de una de las estrellas musicales que fueron musas de Rousteing, Beyonce, agradeciéndole porque sus diseños “me ayudaron a amplificar mi mensaje y me hicieron sentir poderosa”.
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Por Paula Krizanovic