
La FCA (Autoridad de Conducta Financiera) ha dado luz verde a la salida a bolsa de la cadena china de moda rápida, Shein, a la bolsa británica, según fuentes de Reuters.
Sin embargo, fuentes indican que la compañía se enfrentó a presiones de los accionistas para recortar su valoración de 50.000 millones de dólares a aproximadamente 30.000 millones de dólares y asegurar la salida a bolsa (OPI, por Oferta Püblica Inicial).
El camino a Shein sigue siendo complicado, ya que se enfrenta a un doble revés: el aumento de aranceles comerciales que bucaba imponer el presidente norteamericano, Donal Trump, (decisión que se encuentra suspendida) y la necesidad de la aprobación de la CSRC (Comisión Reguladora de Valores de China) antes de que la salida a bolsa pueda proceder.
Londres necesita urgentemente nuevas salidas a bolsa de gran envergadura, y el despegue y la cotización de las acciones de Shein podrían ayudar a elevar el perfil del mercado británico y, potencialmente, atraer a más grandes nombres.
La aparente aprobación del regulador británico es sin duda significativa, sobre todo considerando algunas de las preocupaciones expresadas en torno al gobierno corporativo de Shein y la ética de su cadena de suministro.
Sin embargo, el entorno actual del mercado podría invalidarla y convertir el calendario previsto para el primer semestre de este año en una gran exigencia.
Lograr su salida a bolsa podría resultar igualmente complicado debido a la volatilidad del mercado global desatada por las políticas comerciales del gobierno estadounidense. Esto se ve agravado por el hecho de que Washington continúa librando una guerra comercial de ojo por ojo con Pekín.